El fetichismo del tipo de cambio

Podés bajar la nota completa acá

 

CLAVES DE LECTURA

La literatura económica esgrime que el tipo de cambio es una de las herramientas principales para sortear los desbalances en la cuenta corriente o, más específicamente, la restricción externa que poseen los países de América Latina después de procesos de crecimiento acelerados.

El cambio de precios relativos resultante de la devaluación, (esencialmente, la reducción del valor en dólares de los salarios) reorientaría la producción hacia los sectores que mejoraron en desmedro de los que empeoraron. El resultado de este redireccionamiento sería un aumento de las exportaciones y una contracción de las importaciones.

Los programas del FMI asumen que las llamadas condiciones de Marshall-Lerner siempre se cumplen, con lo cual se habla de un “optimismo de las elasticidades”. Sin embargo, la literatura empírica suele hallar que existe un incumplimiento de los requerimientos en términos de elasticidades precio del comercio, de modo tal que una devaluación del tipo de cambio afecta la balanza comercial no por efecto precio sino por el efecto ingreso, o también llamado el “pesimismo de las elasticidades”.

El 7 de enero de 2019, el gobierno de Cambiemos presentó el programa financiero para el corriente año, alegando que el PIB tendrá un crecimiento nulo (0%). Si se observan las proyecciones del producto por componente del gasto, el escenario del gobierno supone que la economía estará traccionada por un incremento del 16,3% de las exportaciones y un descenso de las importaciones de -2,7%, lo que compensaría las leves caídas esperadas en el consumo privado, el consumo público y la inversión.

En este sentido, puede inferirse que, desde la lógica macro, el programa financiero del Ministerio de Hacienda avalado por el FMI y su bagaje teórico previamente desarrollado se apoya en el denominado “optimismo de las elasticidades”.

Para poder comprender como reaccionan las exportaciones de cada sector frente a una devaluación como la sucedida a mediados del año pasado, estimamos la elasticidad de las exportaciones por rubro con relación al tipo de cambio real multilateral. Utilizamos un modelo autorregresivo con retardos distribuidos (ARDL) en logaritmos para obtener las elasticidades.

Los resultados obtenidos sugieren que una modificación de precios relativos no necesariamente generará una mejora automática de las exportaciones.

El fetichismo del tipo de cambio debe de ser tratado con cuidado ya que, como observamos, el impacto que posee en las exportaciones es de moderado a bajo. Asimismo, lo que se desprende de este documento es que no todos los sectores exportadores son beneficiados, sino unos pocos y concentrados en PP, ciertas MOA y, por último, muy pocas MOI.

El programa financiero presentado tiene una inconsistencia que con el correr del año se develará. En este sentido, o bien el gobierno está sobreestimando el crecimiento de las exportaciones o, como contracara, subestimando la caída del consumo privado.

Más precisamente, si el tipo de cambio se incrementa hasta llegar a la banda superior, esto tendrá como consecuencia una mayor inflación y una posterior caída del consumo, pero si se mantiene en la banda inferior el desempeño de las exportaciones difícilmente sea el estimado por el gobierno. Ambos resultados ponen de relieve que el crecimiento económico proyectado será difícil de cumplimentar, poniendo en jaque la meta de “déficit cero”.

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.