Aumento del desempleo en CABA: mismas tensiones, nuevos efectos
La Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires publicó recientemente los resultados de su Encuesta de Trabajo, Ocupación e Ingresos (ETOI). El dato más relevante que surge es que la desocupación en la ciudad se ubicó en 9,4% en el primer trimestre del año, lo que implica una nueva suba (ya se había incrementado en 2016 respeto a 2015), en este caso de 0,8 puntos porcentuales (p.p) respecto del mismo trimestre del 2016 (I-2016).
En líneas generales, la desocupación puede aumentar por dos motivos: porque en términos relativos cada vez hay menos cantidad de ocupados, o porque hay más personas buscando trabajo. Durante el primer trimestre de 2017 el aumento de la desocupación se explica principalmente por esto último.
En efecto, mientras la tasa de empleo (es decir la proporción de porteños que tienen empleo) aumentó levemente respecto al I-2016 (pasó de 49,7% al 50,5%), en el mismo periodo la Población Económicamente Activa (es decir, los porteños que buscan o tienen trabajo), se incrementó en 1,4 p.p. (54,3 en I-2016 contra 55,7 en I-2017).
De esta manera, aunque aumentó la población ocupada, la población que busca trabajo creció más todavía, lo cual explica que la desocupación haya aumentado en casi un punto, aun cuando la tasa de empleo creció.
Tasa de desempleo en la Ciudad de Buenos Aires
En porcentaje de la PEA
Fuente: Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires
Siempre que se incrementa de manera sensible el número de personas que busca trabajo se producen debates en torno a las diversas interpretaciones. En otras oportunidades hemos analizado este fenómeno, concluyendo que en la actual coyuntura el efecto que debería primar es el de trabajador adicional. Esto quiere decir que, ante deterioros en el poder adquisitivo del salario, o pérdida del empleo del trabajador principal, el resto de los miembros del hogar se ven obligados a salir a buscar trabajo, incrementándose de esta manera la población económicamente activa.
El aumento de la desocupación es el rasgo más saliente de las tensiones que viene atravesando desde hace más de un año el mercado de trabajo argentino en general, y de la Ciudad de Buenos Aires en particular, pero no es el único aspecto al que debe prestarse atención.
Mercado de trabajo y género
A días de una nueva convocatoria del “Ni Una Menos” los datos de la ETOI vuelven a mostrar el sesgo de género que tienen los ajustes del mercado de trabajo. En efecto, mientras la desocupación masculina bajo levemente, la femenina se incrementó en 2 p.p.
Tasa de desempleo y género en la Ciudad de Buenos Aires
En porcentaje de la PEA
Fuente: Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires
Por otra parte, vale la pena destacar que el aumento del desempleo femenino no se explica porque haya más mujeres buscando trabajo (casi no varió su tasa de actividad), sino porque hay menos mujeres empleadas (la tasa de empleo entre las mujeres se redujo en un año de 45,8% a 44,9%).
Asimismo, como contraparte los varones sí incrementaron de manera notable la búsqueda laboral (la tasa de actividad entre los hombres pasó de 58,5% en 2016 a 61,3% en 2017), pero ello no implicó que se incremente su tasa de desocupación (sino que incluso bajó levemente), lo que es prácticamente lo mismo que decir que los varones que salieron a buscar trabajo encontraron los puestos que perdieron las mujeres.
La clase media no va al paraíso: desocupación y desigualdad territorial
La Ciudad de Buenos Aires tiene una característica particular y es que sus calles y avenidas no sólo delimitan sus 100 míticos barrios, sino que a través de ellas se pueden dividir los niveles de ingresos de su población. Así, a pesar de las honrosas excepciones, en términos generales se puede decir que los barrios del norte de la ciudad suelen albergar a los hogares de mayores ingresos, los del centro a los de ingresos medios y los del sur a los de menores ingresos.
De esta manera, (nuevamente, haciendo caso omiso a las excepciones) analizar el desempeño territorial del mercado de trabajo es también realizar una aproximación al impacto del empleo y la desocupación en los diferentes estratos de ingresos.
El primer dato a observar es la Población Económicamente Activa, la cual ha mostrado su mayor crecimiento en los sectores medios (Zona Centro), del 54,4% en I-2016 al 57,2% registrado actualmente. Es decir, la clase media se volcó a la búsqueda de trabajo. Ello puede estar dando cuenta de que el impacto de la crisis económica estaría haciendo mella en la población porteña de estratos medios, obligando a que nuevos miembros del hogar “salgan” a buscar trabajo en un contexto complejo del mercado laboral.
Tasa de desempleo por zona de la Ciudad de Buenos Aires
En porcentaje de la PEA
Fuente: Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires
Ahora bien, una parte de los vecinos del centro de la ciudad que se sumaron a la búsqueda laboral, consiguieron trabajo (la tasa de empleo pasó del 50,4% al 52,3%). En cambio, otros no lo consiguieron y por eso la tasa de desocupación en esta zona también se incrementó en un año, de 7,4% a 8,5%.
Por su parte, en la zona sur también se incrementó la tasa de actividad, pero mucho menos que en el centro. Sin embargo, los vecinos del sur corrieron peor suerte que los del centro, ya que no sólo no consiguieron trabajo, sino que incluso algunos de ellos perdieron sus empleos (la tasa de empleo pasó de 42,5% en 2016 a 42% en 2017), por lo tanto, la tasa de desocupación se incrementó sensiblemente pasando de 12,5% a 14,3%.
En tanto, los vecinos de la zona norte fueron los únicos que vieron reducida su tasa de desocupación, producto tanto de una caída de la tasa de actividad como de un aumento de la de empleo.
El cuentapropismo: un refugio en la tormenta
Finalmente, otro de los elementos que surgen de los resultados de la ETOI, y que vale la pena destacar, es el aumento de los cuentapropistas en casi un punto porcentual. Esta modalidad de ocupación, que concentra a un 18,4% del total de trabajadores de CABA, tuvo como contrapartida una reducción de la tasa de asalarización.
Este resultado implica que se están extendiendo las actividades típicamente informales, que sirven como refugio laboral frente al menor dinamismo e incluso destrucción de puestos de trabajo asalariados, lo que conlleva a una mayor precariedad del mercado de trabajo en su conjunto.
El mercado de trabajo porteño como espejo de la situación económica nacional
El aumento del indice de desocupación en el distrito de mayores recursos per cápita del país es un dato que enciende señales de alarma y debe ponerse en perspectiva. El estancamiento del nivel de actividad y la retracción del consumo, junto con la destrucción de puestos de trabajo registrados que surge de las bases de AFIP, entre otros indicadores, marcan la pauta de que el deterioro del mercado de trabajo en CABA no hace más que reflejar las dificultades que muestra la economía para consolidar la recuperación.
En este sentido, los propios datos oficiales muestran que durante los primeros 15 meses del nuevo gobierno, la desocupación en CABA se ha incrementado en cada trimestre respecto a igual periodo del año anterior. Este incremento de la desocupación no ha sido homogéneo e impacta más en los sectores de ingresos bajos y medios y afecta más a las mujeres que a los hombres. A la par, pareciera que ha empezado a evidenciarse un deterioro en las condiciones de trabajo y la aparición de actividades de refugio, como el cuentapropismo, frente al menor dinamismo en la creación de puestos de trabajo asalariados.
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