Informe Mensual de Coyuntura | Agosto 2020

La parcial flexibilización del ASPO en el AMBA a partir de junio se tradujo en un aumento de la oferta, ya que los trabajadores tanto en el sector industrial como el comercial comenzaron a volver a sus puestos de trabajo. La demanda también se recuperó, pero de una manera más lenta, con lo cual, se observan dos velocidades de recuperación no solo a nivel geográfico y/o sectorial sino también por oferta y demanda.

Con un tipo de cambio que no se está utilizando como ancla, ya que su dinámica acompaña a los precios, la lenta recuperación de la demanda, sumado al congelamiento de las tarifas de servicios públicos y paritarias en suspenso, parece estar impactando en la desaceleración de los precios. Esto se comprueba al observar que dicha desaceleración vino acompañada de una reducción de los márgenes de rentabilidad de las comercializadores a manos de los productores.

Por el lado fiscal, la pandemia y la lenta recuperación de la demanda también impactan en la recaudación y en el incremento del gasto. Respecto de la primera, estimamos que el parate de la actividad significó una pérdida de poco menos de $300 mil millones (1% del PIB). Mientras que el conjunto de medidas implementadas por el lado del gasto (IFE, ATP, contención de tarifas y refuerzo a gobiernos provinciales, principalmente) implicaron un desembolso en torno a $400 mil millones (1,4% del PIB). En resumidas cuentas, en solo un trimestre el Covid-19 provocó un incremento del déficit primario de aproximadamente 2,4% del PIB.

La gran incógnita pasa por desentrañar el impacto que tendrá el financiamiento de dicho déficit, realizado en buena parte a través de la asistencia monetaria por parte del BCRA. Por el momento, la expansión monetaria no significó más que un par de coletazos que pueden ser desafiantes pero administrables en una economía con controles de cambio.

Sin embargo, los desafíos a futuro no son menores, una vez que se disipen los efectos de la pandemia. Según nuestras proyecciones, a fines de 2020 el stock de pasivos remunerados del BCRA (pases pasivos + LELIQ) podría alcanzar un 11,5% del PIB. Si bien este guarismo no alcanza los máximos de marzo de 2018 -12,3% del PIB- y el régimen cambiario actualmente vigente es mucho más rígido que el de ese momento, el tamaño de esta “cuenta de regulación monetaria” comienza a despertar dudas entre los analistas, máxime tomando en cuenta que el año que viene -incluso con una negociación exitosa de la deuda- Argentina puede no tener totalmente habilitados los mercados de deuda y deberá seguir financiando al fisco con emisión.

Leer el informe completo acá.

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.